Un nuevo desenlace fatal como muestra de la impotencia frente a la maquina del esperpento.
¿O no es un esperpento de sociedad, la que construida en tiempos de bonanza, hacia comulgar con ruedas de molino a las personas que anhelaban una vivienda, sobrevalorada y tasada en la vorágine de la locura?.
Con cifras espeluznantes, con imprevisión más que patética y una respuesta política y legislativa mezquina por tardía, van los ciudadanos y ciudadanas del sacrificio y del trabajo, marchitandose y muriendo.
Ahora ha sido en Baracaldo.
Mientras un millón de viviendas están vacías por la especulación consentida y demente de unos pocos, los hombres y mujeres que confiados en la honradez y el trabajo creyeron en la quimera del libre mercado, pagan con el desahucio y con la desesperación su buena fé. Por aceptar los consejos y malas artes de los trileros sociales que han salido de las aceras de los mercados para ocupar ostentoso despachos.
Estoy indignado.
Mientras un millón de viviendas están vacías por la especulación consentida y demente de unos pocos, los hombres y mujeres que confiados en la honradez y el trabajo creyeron en la quimera del libre mercado, pagan con el desahucio y con la desesperación su buena fé. Por aceptar los consejos y malas artes de los trileros sociales que han salido de las aceras de los mercados para ocupar ostentoso despachos.
Estoy indignado.
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